viernes, 10 de diciembre de 2010

Rol de los periodistas en los diferentes medios de comunicación

Por: Claudia Milena Duarte.

“Los cínicos no sirven para esto” Así lo cita Kapuscinski. Hoy día, los medios de comunicación atrapan enormes masas, manejadas por sus propios intereses, cada vez con mayor impacto en la sociedad, gracias a la tecnología.
En medio de cualquier sociedad, los periodistas son considerados como “servidores de interés general, un vocero de la opinión pública y trabajador del bien común”. En donde su propia ética se ve dividida en dos ramas: Amor y respeto por la verdad y servicio al bien común, así lo expresa María Teresa Herrán y Javier Darío Restrepo en su libro, ética para periodistas. 1
“El periodismo es difundir todo aquello que alguien no quiere que se sepa”, con esta frase se puede ejemplificar el caso de Daniel Coronel, periodista conocido por sus posiciones críticas ante la realidad actual de Colombia, quien dijo en alguna entrevista “Sólo dejaría el periodismo por la vida de un familiar, ni siquiera por mi propia vida” aquí empieza a jugar la cuestión si ¿Ser periodista es una vocación o una profesión? O si en Colombia, de alguna manera se cumple con el Artículo 20 que dice: “No habrá censura” consagrado en la Constitución Nacional.
Siendo el rol de los periodistas informar, formar y orientar 2  deberían estos tomarse la profesión como una pasión una pasión, un trabajo activo y al servicio de la verdad y no de “buenas mentiras”. Entonces, ¿por qué muchos tienen que huir para salvar sus vidas? ¿Por qué muchos deciden callar? Quizá sea porque los verdaderos periodistas se han convertido en “incómodos” para el poder, como muy bien lo  hicieron los medios con la noticia de los “falsos positivos”, hicieron que fuera dejada en el olvido por medio de una cortina de humo, que para el caso fue la existencia de la gripe H1N1.


1. Ética para periodistas/ María Teresa Herrán y Javier Darío Restrepo.Edición corregida y aumentada Bogotá y grupo editorial norma, 2005
2. El rol de los periodistas y su marco ético. Juan Jorge Faundes.. Tomado de http://saladeprensa.org/art56.htm consulado 29-XI-07
La libertad de prensa es una contribución para el bien común, con la labor periodística y con el ejercicio de libertad, el mismo periodista hace posible su derecho a la información.
El servicio del bien común, es la primera justificación de la libertad de prensa. Los periodistas no pueden, ni deben entrometerse en la vida de las personas, deben ser totalmente objetivos con su información, los trabajos periodísticos de opinión deben acogerse a exigencias tanto éticas como profesionales de veracidad, oportunidad y equilibrio, como lo expone María Teresa Herrán y Javier Darío Restrepo en su texto “Ética para periodistas”. 3
Si bien sabemos que el sensacionalismo es “una forma de burlar la confianza del público”, se podría afirmar que es causado por la inmediatez de los medios, por la “masa popular” quienes son los principales consumistas de medios amarillistas, esto sucede con la prensa, como ejemplo está el diario Q´hubo, en el que se muestran imágenes sangrientas, acompañadas de titulares alarmantes.
Si bien, el ombudsman es un puente de comunicación entre el usuario y el medio, en el caso de Vanguardia.com este papel lo cumple el mismo editor, lo que ocasiona que pase por alto muchos de sus deberes, tales como eliminar o refutar comentarios que agredan a los demás usuarios.
Por esa misma inmediatez de los medios se puede llegar a comer atropellos contra la dignidad de una persona, provocar mal interpretaciones, para lo que existe la rectificación, que es un deber tanto ético como jurídico. Pero ¿Qué es lo que sucede cuando un medio de comunicación se equivoca?  Podría lograr que en las “masas” se siembren dudas, pierdan credibilidad.
La condición de los factores humanos, mejora y hace que los rendimientos mejoren. Entonces cuando en una empresa no existe comunicación, no se trabaja por un interés común y seguramente no tendrá el buen funcionamiento porque no habrá el mínimo de sentido de pertenencia. Lo anterior deja en claro que muchos de los comunicadores o periodistas que trabajan en los medios, están siendo regidos bajo normas no compartidas, sometidos a informar verdades maquilladas y no realmente lo que ellos quieren decir.
Los medios de comunicación, no están conformados en su totalidad por profesionales, muchos son personas empíricas, quizá esa sea la razón por la que la televisión está invadida de programas sin contenidos sólidos.

3. HERRÁN, María Teresa – RESTREPO, Javier Darío.  Ética para periodistas. Edición corregida y aumentada Bogotá y grupo editorial norma, 2005
En este medio se necesitan personas con conocimientos de las características informativas de la televisión.
Formar, educar, informar veraz y objetivamente y recrear de una manera sana, son algunos de los fines que tiene la televisión con la audiencia, ante esto, son los medios quienes deben empezar por generar conciencias de cambio, para eliminar de las pantallas la “telebasura” que nos hace seres ignorantes de nuestra propia verdad.
Estaría bien, empezar por crear estrategias para formar cultura en la audiencia, capaces de identificar lo que es real y lo que no lo es, con capacidad de exigir información concreta. Hacer posible una televisión que rompa con la pasividad de la audiencia y que genere en ella una proactiva creatividad, esto es lo que daría paso a una cultura que se identifica con lo que le están mostrando y rechacen en su totalidad la “telebasura”.
Como comunicadores en un medio como la televisión, se debe empezar a crear estrategias para que sea tomada como una vía de información, de llegar a la sociedad y no una manera de lucrarse. La cuestión, no es raiting, si no cambiar a programas más periodísticos y culturales, en los que se dé la posibilidad de investigar y conocer a fondo los contenidos de la información.
En artículo 29 de la Comisión Nacional de Televisión dice: libertad de expresión y difusión. Esta libertad de difusión de contenidos, debería tener ciertos límites, uno de ellos sería, no permitir que existan shows en los que se ridiculizan a las personas, en los noticieros se entreguen más verdades y no “buenas mentiras” que no se juegue con el dolor de los que sufren tragedias, que en la parrilla de programación existan programas que eduquen y en sus noticieros se investigue.
En la televisión, existe el defensor del televidente, quien no sólo debería estar para que se den las rectificaciones a las personas que de una u otra forma se ven afectadas por transmisiones o por algún programa emitido, a su vez debe controlar que no estén al aire o que en la parrilla de programación hayan contenidos que agredan a los televidentes.
Por otra parte tenemos la Radio, medio que debe generar confianza y credibilidad a la sociedad consumista, para lo que se hace necesaria la presencia de un defensor (ombudsman) que defienda y haga valer los intereses primordiales de la radio.  En Colombia, no existe este personaje, entonces ¿Quién regula lo que dice en la radio? La respuesta a esta pregunta quizá nos lleve a la conclusión de que en este país y en radio se dice lo que se quiere y se degrada el idioma con el uso de palabras soeces.

Las sociedades se han convertido en consumistas de radios comerciales, en su mayoría, en donde se alimenta el sensacionalismo, el mundo del espectáculo, lo que hace que los programas radiofónicos sean superficiales y algunos de ellos se dediquen a burlarse de la gente, un ejemplo sería la sesión “rober ga larga” de la emisora la Mega.
No sólo existe la radio comercial, también están las emisoras comunitarias y públicas que intentan con mayor preocupación cumplir con las funciones propias de la radio que son: informar, educar y entretener. Cada tipo de emisora está dirigido a un target distinto en el que se marcan límites para darle al oyente exactamente lo que necesita, más que entretenimiento dentro de la parrilla se deben incluir programas que informen y eduquen, empezando por franjas mínimas para que el público se culturice y cree conciencias de interés por la verdad.
La programación debe crearse de acuerdo al público al que está dirigido, a las intensiones de la emisora y bajo criterios, como lo expone Iván Darío Chaín en su texto “Una metodología para programar nuestra radio”4
“La conciencia sobre el derecho a la información ha creado lenta y casi tímidamente” con esta frase de Javier Darío Restrepo, deja claro que se necesita de una sociedad crítica para que los medios de comunicación empiecen a modificar las parrillas de programación, que hoy día sólo dan interés por el espectáculo y mañana sociedades que reciben información veraz, clara y suficiente.
“Por tú derecho a saber y mi derecho a informar” es el lema de una campaña realizada en México para acabar con las agresiones contra los periodistas. “La asociación de Freedon Hause, estima que el 22% de la población mundial se beneficia de la prensa libre”. Todos los profesionales de la comunicación deberían tener la libertad para publicar información y no estar bajo normas que no permites, si no obstruyen el pensamiento, ¿qué sucedería con esto? Quizá todo sería un caos donde todos están en contra de todos.

“Comunicación para el Desarrollo”

Por: Mónica Farfán
“Para que se produzca un desarrollo material de la sociedad antes se requiere generar un previo crecimiento mental de la misma. De lo contrario, no existen condiciones apropiadas para la gestación del desarrollo: el desenvolvimiento de los individuos, comunidades o de un país, parte de la evolución de su intelecto y no de la multiplicación acumulada de simples acciones materiales”[1].
El proceso de la comunicación para el desarrollo inicia con el acercamiento a la población, el conocimiento a profundidad de la problemática a tratar y la interacción lograda entre los habitantes y el comunicador, por la cual se pueda generar estrategias y procesos puntuales de estudio y de acciones sociales. El papel de la comunicación en esta área social, brinda las herramientas generadoras de consensos, de estudios, de diálogos y de transformaciones en las personas afectadas, que a partir de sus habilidades sean protagonistas de los cambios necesarios para su población.
La comunicación debe significar para las personas, un eje social que permita conseguir avances en la realidad vivida. Los alcances comunicativos deben estar enfocados en la búsqueda de apoyo, beneficios y proyectos generadores de una sociedad crítica, constructiva y participativa en la misma realidad.
Dentro de los procesos de intervención social que lidera la comunicación para el cambio, las herramientas que se requieren para desarrollar la estrategia establecida son fundamentales y  específicas para cada caso. En algunas situaciones no se cuenta con los recursos necesarios para ejecutar dicha propuesta, debido a características particulares de la población intervenida. La proactividad y recursividad de los gestores permite que estas limitaciones no impidan que su acercamiento social, con miras al mejoramiento de las condiciones de la comunidad, se interrumpa. La “comunicación alternativa” se ha consolidado a raíz de la recursividad, en la construcción de procesos sociales.
Entendiendo qué “La comunicación alternativa es una respuesta no autoritaria a la voluntad del cambio social, gracias a ella conocemos la voz de los actores sociales: hombres y mujeres que viven, piensan y sienten, y  que buscan ser escuchados”[2]
La efectividad de las estrategias comunicativas aplicadas para la participación social, depende fundamentalmente de la reacción y aceptación de las personas afectadas por la problemática. La interiorización de la situación vivida y de los logros que se necesitan para la mejora de la calidad de vida, hace que el enfoque de las estrategias sea el adecuado y que se logren las transformaciones planteadas en la sociedad.
Son muchos los ejemplos de inconformidad y de rechazo hacia las acciones planteadas, no solo acciones comunicativas, sino de ayuda a poblaciones vulnerables. Un reflejo de eso, es la reubicación de los vendedores ambulantes del centro de Bucaramanga, que por más opciones de locación otorgados por el Gobierno, los vendedores siguen abundando en la calles y siguen exigiendo soluciones a su problemática de trabajo informal. Pero este tipo de incidencia social existe por la falta de conciencia y actuación de las personas. “La Alcaldía asignará 357 locales comerciales para ambulantes”, titular de Vanguardia.com. “El alcalde Fernando Vargas, aclaró, que el dinero prestado por la el Banco del Pueblo debe ser utilizado para comprar mercancía y se va realizará seguimiento exhaustivo a los beneficiarios[3]”.
Para el desarrollo de los proyectos sociales es fundamental el cumplimiento y supervisión de las etapas de gestión: El diagnóstico que consiste en el conocimiento y acercamiento a la realidad de una problemática sufrida por parte de la comunidad; la planeación que se basa en la coordinación de las acciones más acordes para la solución de esa problemática; la ejecución que es la aplicación oportuna de las herramientas y de los medios que son útiles para el proyecto, de manera integral; el seguimiento que es la confrontación de las acciones, los objetivos y los beneficios con los resultados logrados en la fase de ejecución; y la evaluación como necesidad de la continuidad y la permanente acción de los promotores para la contribución de la disminución de la problemática.
Es evidente que es importante el énfasis de las dos últimas etapas de gestión, el seguimiento constante y la evaluación objetiva hace cíclica la mejora de las falencias encontradas en sus resultados parciales. Para el caso de la problemática de  los vendedores ambulantes, es necesario garantizar la eficacia de estas fases, y principalmente la concientización de las personas sobre las soluciones logradas para que deje de repetirse la situación.
“La realidad no cambia sustancialmente, y los enfoques del desarrollo y de la comunicación se mueven en jugadas de ajedrez que están pasando de la defensa al ataque, pero sin avizorar todavía los modos que pongan en jaque las causas de la exclusión y la pobreza”[4].
Aunque no se puede afirmar, que con la realización de procesos sociales se logre acabar con problemáticas que vulneran la condición de las comunidades, como la exclusión y la pobreza, estos deben garantizar un mejoramiento de las condiciones de vida de las personas, a partir de la apropiación de estrategias por parte del grupo intervenido frente a su papel como actores sociales. Las habilidades y cualidades de cada uno de los integrantes de la comunidad, deben explotarse en pro del beneficio comunitario, que permita que sean gestores, promotores y guardianes de los procesos generados con ellos y para ellos.
Un ejemplo cercano, es el proyecto de comunicación para el desarrollo de un canal de televisión comunitario, en un Barrio de Piedecuesta, liderado por Cristian Eduardo Franco, estudiante de Comunicación Social de la Universidad Pontificia Bolivariana; este proyecto identificó una falencia en el uso del Canal Comunitario del Barrio y presentó una solución viable para los habitantes, utilizando como  herramienta central, la capacitación de las personas para hacerlos participes de la producción de los contenidos emitidos por el Canal. Plasmando el enfoque de la Teoría de I.A.P, acción participación, “la producción de un conocimiento propositivo y transformador, mediante un proceso de debate, reflexión y construcción colectiva de saberes entre los diferentes actores de un territorio con el fin de lograr la transformación social”[5]. Los habitantes se apropiaron del conocimiento brindado por la Universidad para su capacitación en la producción de contenidos televisivos, y con su nuevo rol en el canal contribuyeron al impulso del proyecto. Este tipo de procesos comunicativos para el desarrollo de una comunidad, permite la evolución participativa, crítica y constructiva de las personas, generando en ellas la responsabilidad de la realidad social de su comunidad y otorgando las herramientas, los medios y las estrategias para su aplicación de forma colectiva. “La importancia de la comunidad y la acción colectiva: Se trata siempre de crear vínculos y compromisos. Épocas de "darle voz al que no tiene voz", permitiéndole que pudiese expresarse y ser protagonista”[6].


[1] ESTEINOU, Javier. “Los medios de comunicación como instrumentos para el desarrollo”. Razón y Palabra.
[2] CORRALES, Fernanda y HERNÁNDEZ, Hilda. “La comunicación alternativa en nuestros días: un acercamiento a los medios de la alternancia y la participación”. Razón y Palabra. http://www.razonypalabra.org.mx/N/N70/CORRALES-HERNANDEZ-REVISADO.pdf 09/12/10
[4] CONTRERAS, Adalid. “Comunicación-desarrollo para “otro occidente”. Razón y Palabra. http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n18/18acontreras.html 09/12/10
[6] ALFARO, Rosa María. Culturas populares y comunicación participativa: en la ruta de las redediniciones. Razón y Palabra. http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n18/18ralfaro.html

Comunicación, una fuente de desarrollo

Por: Tatiana Hernández Suárez
Para asumir el tema de sociedad, se debe entender que la pluralidad de las culturas impide que naciones en igualdad de condiciones, desarrollen procesos de cambio social semejantes, además preguntarse por qué de sociedades similares en recursos, presentan  niveles tan altos de desigualdad de progreso, posiblemente se debe a que sus  elementos de interacción social son disfuncionales, o no han tenido una intervención externa que impulse su desarrollo.
Son muchas las etapas y momentos por los cuales pasa una sociedad para llegar a ser un Estado- nación; para poder constituirse e incorporarse en sí misma, con normas y leyes vigentes; aunque se da por visto, que el establecimiento de éstas, no implica que se cumplan y contribuyan a su mejoramiento.
El consolidar una sociedad de éxito, implica un conjunto de pensamientos y posiciones en marcha, las cuales deben ser lideradas por  sus mismos miembros. No deben verse como una multitud, una simple masa, ni como un grupo de entes sin razón, si no en un mundo de ideas “lógicas”, de lo que se pretende ser y de qué forma lograrlo, con la interacción de todos sus actores.
Ante estos procesos de consolidación social nace el tema de “Desarrollo Social”; que se entiende como el avance y el progreso que tiene una sociedad, para lograr así, que todos sus miembros lleguen a suplir sus necesidades básicas, como la  alimentación, vestuario, vivienda y educación ; siendo todas ellas de igual relevancia para el ser humano. “Tal desarrollo se encuentra y sustenta en la satisfacción de las necesidades humanas fundamentales, en la generación de niveles crecientes de autodependencia y en la articulación orgánica de los seres humanos con la naturaleza y la tecnología, de los procesos globales con los comportamientos locales, de lo personal con lo social, de la planificación con la autonomía y de la Sociedad Civil con el Estado”.[1]
“Desarrollo a Escala Humana, una opción para el futuro”, es un texto creado con el único fin de que la gente conozca y se apropie de los requerimientos o pasos que se necesitan para lograr un desarrollo; siempre basado y ligado en el ser humano en todo su contexto y participación en la sociedad. Manfred Max-Neef, Antonio Elizalde, entre otros escritores-colaboradores, plantean como principio la realidad en la que estamos viviendo los seres humanos; específicamente los latinoamericanos, las ataduras a las cuales estamos sometidos por nuestra descendencia y, así mismo, la visualización que tenemos del mundo, como puente fructífero para el futuro. Un futuro que según los autores, sólo y únicamente depende de la integración del ser humano en la sociedad, como único factor de relevancia y cuyo objetivo es su crecimiento personal logrando así una sociedad de éxito, equilibrada e independiente, que no limite su desarrollo en los fines y logros de otro.

“Hoy es casi un lugar común afirmar que América Latina está en crisis. Son muchas las versiones, descripciones e interpretaciones que se han hecho de la crisis, por lo que el diagnóstico de la enfermedad parece estar completo, por lo menos en sus contenidos más profundos y trascendentes”[2]. Un panorama visto desde éste punto; muestra de manera crítica y al mismo tiempo evasiva, un sin número de factores que afectan actualmente a la sociedad; complementados con una actitud indiferente a la causa y manifestados por el imponente título que llevamos a cuestas, ”Subdesarrollados”; y el cual, no cambiará si no se desarrollan procesos que posibiliten acabar con la desigualdad de desarrollo entre naciones similares.

Teniendo en cuenta que la comunicación es fundamental para la interacción de un grupo social, es indispensable que esté presente dentro de todo proceso de desarrollo social. Cuando la comunicación está ligada al desarrollo, lo hace “no sólo como aporte auxiliar y metodológico al mismo, sino como objeto mismo de transformación de la sociedad y de los sujetos que la componen. Es por lo tanto medio y fin, aspecto y estrategia. Está así comprometida, consciente o inconscientemente con modelos o proyectos, macro o micro sociales, y con procedimientos que se implementan para plasmarlos”. [3]
La comunicación entendida como un factor de cambio, esencial; requiere ser establecida de manera correcta; partiendo desde el conocimiento de las necesidades que tiene una población vulnerable. Así mismo, ésta debe ser un acto entre los individuos afectados y el medio que se relaciona para el logro de su constitución, como sociedad desarrollada, o en un principio en vía de desarrollo.
Para la consolidación de este proceso, se vinculan directamente los "gestores sociales"; siendo ellos, los encargados de analizar estrategias de mejoramiento y solución, a las causas por las cuales una población determinada no es equitativa a otra. Analizando así, factores influyentes en el subdesarrollo, causas y orígenes, para proyectar, soluciones que quizá no sean mediáticas, pero que con el tiempo y un buen manejo, pueden llegar a dar verdaderos resultados.
La Universidad Pontificia Bolivariana de Bucaramanga en su línea de “Comunicación, Cultura y Desarrollo”, promueve la preparación de los llamados gestores sociales; llevando a la práctica a jóvenes estudiantes, cuyos intereses están ligados en principio a la orientación y la ayuda de una sociedad vulnerable. Son éstos quienes en su recorrido por las zonas afectadas por el subdesarrollo y todo lo que éste origina, atienden a llamados de atención, de escucha y de ayuda por parte de aquellos que aún no son integrados en sí, a una nación en donde todos deben ser iguales; ya que todos, a fin de cuentas, viven en una misma realidad. No sólo basta con tener la idea clara de lo que se quiere lograr  hacer, ya que son muchos los pasos que se deben recorrer para poder cumplir con los objetivos establecidos.
Toda sociedad vulnerable, crea rechazo ante la imponente sociedad que los ha dejado en principio a un lado; es por esto, que la confianza y la consolidación de proyectos, se debe garantizar de la mejor manera posible sin promesas a futuro que no serán promovidas de manera correcta o verídica. Todo aquello que se visione realizar en una sociedad inmune debe ser establecido bajo los parámetros de la misma; bajo los recursos que ésta cuente y bajo una responsabilidad social promovida desde un principio ético, en este caso por parte del estudiante.

Todo lo mencionado anteriormente en conjunto, lleva a una sociedad en donde la cultura, nunca será sustituida por otra, para mejorar su crecimiento; por el contrario, ésta crecerá conforme sus integrantes lo permitan y se apropien de ella para llegar al tan anhelado desarrollo social. Todo crecimiento humano, tanto social como personal, depende así mismo, de los mecanismos y parámetros establecidos bajo un código ético; bajo una responsabilidad y una apropiación de su origen. No hay, así mismo, una causa establecida que permita identificar el verdadero problema de una sociedad consumista que sólo actúa en beneficio propio, dejando a un lado a los que son de su misma raza, que fueron criados bajo sus mismas culturas y creencias, dejando a éstos en un subdesarrollo que a fin de cuentas, abarcará a toda la nación completa.



[1] MAX-NEEF, Manfred; ELIZALDE, Antonio; HOPENHAYN, Martín.”Desarrollo a Escala  Humana”. Proyecto 20 Editores.1997.
[2] Ibíd. Pág. 15  

¡La censura arredra a los periodistas y la opinión pública se desvanece!

Por:  Carolina Trigos Pérez
¡Libertad de prensa!, es la primera frase que reza en el preámbulo del código de ética dictaminado por el Círculo de Periodistas de Bogotá, y refuerza con el siguiente complemento: “Es premisa básica para que la sociedad tenga conocimiento veraz y oportuno de la realidad. Por lo tanto, debe ser mantenida a salvo de toda intrusión o coacción de cualquier forma de interés o poder, sea público o privado, económico o político”. Y  es entonces donde muchos cuestionan, la forma  cómo se maneja la información,  buscando una respuesta que les brinde un indicio del lugar al que se han ido todos los valores éticos que se supone tienen los periodistas de hoy, pero sobre todo un compromiso que se adquiere al aceptar ejercer el periodismo como profesión: “la responsabilidad social”.

En medio del gran debate que por años se ha mantenido en la  realidad que afrontan los periodistas, que durante el transcurso de la historia de este país se han atrevido a denunciar,  cumpliendo con su función de Responsabilidad Social en la que prima el interés común antes que el individual: muchos han sido amenazados, y victimizados por diversos poderes, políticos, económicos y grupos subversivos. Para nadie es un secreto, es una realidad latente de la que muchos periodistas se sienten coaccionados de su labor de informar a la sociedad, de generar opinión pública y de sacar a las personas  de la alienación y el control que quieren ejercer sobre ellas  los principales entes y grupos influyentes del país.

Así es como la censura se ha apoderado de las diferentes empresas periodísticas que como dice Carlos Piñeros Vicepresidente del CPB, “ya no ejercen la libertad de prensa si no libertad de empresa”, porque se continúan acallando las voces de los periodistas que quieren decir la verdad.
No obstante, es imprescindible mencionar un particular caso que los medios no dieron a conocer, y que se presenta con la polémica surgida a raíz de la presencia de la multinacional Greystar en territorio santandereano.

 Un periodista fue víctima de la censura a una nota ambiental que elaboró para el periódico El Frente de la ciudad de Bucaramanga,  que involucraba a esta empresa y exponía los daños que están causando a las cuencas hídricas del territorio,  a los ecosistemas, entre los que se encuentran la deforestación, y magnos daños ecológicos a la fauna de los sectores en los que la empresa está llevando a cabo las exploraciones, como el páramo de Santurbán,  con bombas de cianuro y explosivos anfo.

Hacia finales del mes de noviembre del presente año, circuló un correo electrónico en el que se mencionaba el atropello al que estaba siendo sometido el pintor y columnista del diario El Frente, Claudio Beltrán Quezada, y mostraba la nota completa que había redactado para ser publicada por este medio. Claudio escribía la  columna ambiental para este diario desde hace dos años.

El director del medio de comunicación impreso, Rafael Serrano Prada, uno de los periodistas santandereanos con mas trayectoria en los medios informativos, le comunica abiertamente la decisión de no publicar la columna en la que el periodista cuestionaba el otorgamiento de licencias a Greystar. Esta decisión llevó al columnista a renunciar, refutando que la posición tomada por el director le parecía que carece de objetividad y se muestra totalmente parcializada, cuando se supone que el periodismo debe enfocar ambos lados del conflicto. Esta situación llamó la atención de un periodista de Caracol Radio quien le entrevistó, y de inmediato el CPB se pronunció ante esto ubicando a Rafael Serrano, quien finalmente aceptó publicar la nota en el periódico.

Precisamente ese es el grito desesperado que emiten quienes realmente se sienten comprometidos con el periodismo veraz y objetivo, quienes llevan en las venas la pasión de ser voceros de la sociedad, aquellos que de la misma forma que Daniel Coronel, Holman Morris, y Jaime Garzón entre muchos otros, se han arriesgado a vivir en el exilio o incluso han sido brutalmente asesinados (como el caso de Jaime Garzón), todo por defender la verdad y darla a conocer a la sociedad, por cumplir esa función fiscalizadora del gobierno y de los entes poderosos del país que corroen todos los sectores y esferas sociales, que expelen ese humo venenoso encegueciendo a toda una nación, culminando en el esplendoroso aplauso a los que más daño han causado al pueblo.

El compromiso ético adquirido por un profesional de comunicación al ejercer en el periodismo es muy claro, el tratamiento a la información debe ser objetivo e imparcial, pero debe ir mas allá de los simples hechos, debe investigar como lo dicen Patricia Arango y Elena Dangón en su libro  “Periodistas Pilas con la niñez”, generar opinión pública, pero cada vez el trabajo del periodista es limitado, reducido a la mínima expresión de lo trivial, de lo banal. Los medios de comunicación colombianos y del mundo entero se han transformado, se han dejado contaminar por las nuevas formas de ‘desinformación’, porque evidentemente el contenido informativo se ha perdido y cada vez los intereses económicos y políticos entorpecen una labor periodística con criterio y buena investigación.

El sensacionalismo, el amarillismo, y la noticia diaria contada a la carrera son el pan de cada día en los informativos, los temas light cogen más fuerza y la saturación de este tipo de programas en canales privados es tal que ocupa la mayor parte de los noticieros relegando una pequeña porción de tiempo a las noticias  del día.

 Razón tiene María Jimena Duzán cuando comenta que el sensacionalismo y la falta de investigación de la televisión se están apoderando de la prensa escrita. Desde hace algunos años, cuando se otorgaron las concesiones a los canales privados colombianos, comienza una época de transformación  hasta llegar como lo dice Sandra Moreno en su texto “La trivialización de los medios informativos”, a: “Una televisión que no informa, a la que no se le cree, que no forma opinión, que no da que hablar, ni que pensar, ni que proponer, es una televisión que no cumple con su real función dentro de una sociedad”.

Los intereses de los grupos influyentes del país se sobreponen ante los interese colectivos de la sociedad, la trivialización de esos medios ha cambiado las diversas esferas de la opinión pública, los debates hoy se centran en el reality de turno.  Esto está convirtiendo a las personas en “zombies”  con criterios que se han ido desvaneciendo para contagiarse del sensacionalismo de las pantallas y de los medios.

Pero, ¿dónde ha quedado el compromiso del periodista con la información?, ¿hacia dónde se han ido sus valores éticos y profesionales?, ¿dónde está la pasión de luchar contra la mentira y la injusticia?

Razones podrían haber muchas,  pero ninguna justifica la censura que están sufriendo los periodistas y más cuando se trata de temas tan trascendentales. Los profesionales de hoy se autocensuran y lo que es peor aún censuran a sus propios colegas como ocurre con el caso de Claudio Beltrán.

“Se le hace trampa a la responsabilidad social, como ingrediente de la libertad de prensa, cuando hay interés en juego en la producción de noticias”, como lo expresó Carlos Piñeros, durante el encuentro de medios y Responsabilidad Social, en el que también se comenta acerca del nuevo reto para la sociedad, de saber discernir la responsabilidad social en los diferentes campos, en empresarios, políticos, periodistas y medios, pero lo más importante, como lo dijo en el mismo evento el Padre Gabriel Jaime Pérez Vicerrector de la Universidad Javeriana de Cali, “se debe educar a ciudadanos: responsables, éticos y con principios morales e implementar políticas que midan la gestión de esos impactos de Responsabilidad Social que se generan al interior y exterior de los medios”.

Además de esto es importante que cada sector reconozca su rol y lo respete, se trata de saber diferenciar cuál es la Responsabilidad Social del medio, y su interés, así mismo tener claro la del periodista y su rol de compromiso con la sociedad, de igual forma respetarlo,  sin apoyar  los intereses comerciales con propósitos desdeñosos que se anteponen cuando un periodista va a publicar una nota.

Finalmente,  como lo aseveran Patricia Arango y Elena Dangón  de forma radical “La responsabilidad del periodista para desempeñar su función debe estar por encima de la del medio de comunicación”. No más censura a los periodistas comprometidos con su profesión y con la comunidad.